Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

sábado, febrero 05, 2011

Jubilación y empresa: ¿gestionar la madurez?

Ya está servido el pacto: jubilación a los 67 años, reforma necesaria donde las haya y pequeña contribución a hacer sostenible el estado del bienestar.

Una de las derivadas del acuerdo es el retraso y encarecimiento de las prejubilaciones para las empresas. Tema polémico en el que se da un conflicto de intereses entre las empresas y el estado: las empresas quieren sustituir mano de obra “cara y obsoleta” por otra “barata y preparada”, mientras que el estado quiere retrasar la edad efectiva de salida del mercado de trabajo por las consecuencias asociadas al hecho de dejar de trabajar.

Las presiones para acabar con las prejubilaciones, llenas de contradicciones por otra parte, nos llevan a algunas preguntas sobre cuya reflexión quería llamar la atención hoy:

- ¿Están preparadas las empresas para gestionar la madurez?

- ¿Valoran las empresas realmente la madurez?

Como botón de muestra, un comentario de una encuesta de clima laboral en una gran empresa: “Aquí a los 50 ya te consideran mayor y a los 55 tienes fecha de caducidad, los jóvenes vienen muy preparados pero les falta oficio, aquí ya no se valora la experiencia”.

No es una cuestión simple, donde hacer generalizaciones además es complicado, pues depende del sector, de la carga física de la actividad y un largo etcétera.

Por otra parte, las actitudes de los propios trabajadores son ambivalentes frente al asunto. Hay quien está deseando prejubilarse (con garantías económicas, por supuesto) y hay quien está temiendo que llegue ese día.

No es una cuestión simple, repito, pero cada vez estamos más cerca de tener que abordar este tema seriamente. Llegado ese momento es donde me entran las dudas: ¿Van a situar las empresas en su agenda de prioridades la gestión de la madurez? ¿Sabrán conjugar experiencia y empuje? ¿Y la colisión de valores generacionales? Se verá.

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