Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

martes, marzo 13, 2012

El fin de las empresas S.A. (Sin Alma)


Esto no es una crisis, es un cambio histórico hacia la Era Digital, nos dice Don Tapscott, para él el motor del cambio es internet que actúa y nos lleva hacía esa nueva Era. Lo cierto es que además de internet hay otros motores: un cambio de valores, pero sobre todo, un incremento de la complejidad, de la incertidumbre y la competitividad, por eso prefiero hablar de la Era de la Innovación.

Quizás tú cuando miras a tu organización debes pensar que un cambio profundo de la organización dónde estás es imposible. Pero lo que es imposible es que en la mayoría de nuestras organizaciones el status quo permanezca como lo conocemos. Y el status quo cambiará por que la innovación necesita de la libertad. Y los profesionales y directivos se verán obligados  a reconvertirse en líderes transformadores, en innovadores, porque si no serán, no sobrevivirán. Y las empresas serán diferentes serán empresas con Alma.

El Siglo XXI será el siglo del fin de las empresas Sin Alma (SA)

Decían que lo mejor que se le podía explicar a un licenciado recién incorporado a una empresa para que comprendiese la verdadera naturaleza de las organizaciones empresariales es que S.A. significaba: empresa Sin Alma.

En las empresas Sin Alma las personas eran lo que debía complementar lo que las máquinas y los ordenadores todavía no podían hacer. Ya que en realidad lo que se quería era una empresa perfecta donde sólo eran necesarios ingenieros que pusieran en marcha las máquinas y un financiero para calcular los beneficios. Las personas y sus emociones no contaban porque, a pesar del bonito discurso del Consejero Delegado en Navidad, las emociones no se podían recoger ni en la Cuenta de Resultados ni siquiera en el Balance.

Pero esto está cambiando y la Era de la Innovación que se caracteriza por la incertidumbre y la rapidez de los cambios necesita personas que sean capaces de cambiar con rapidez los sistemas existentes, lo que implica gestionar a las personas de una forma diferente.
En las nuevas empresas las personas deberán tener más voz, por que se necesita de la colaboración para la inteligencia colectiva, se necesita escuchar, se necesita de las ideas y aún más de las emociones de las personas.

Los profetas de la Era de la Innovación ya han anunciado el fin de las Sociedades sin Alma. Y será el fin y lo serán pero no por convicción sino por obligación.

Libertad no es un concepto empresarial, pero los resultados sí

¿Cómo afectará este cambio a las empresas? En un muy reciente estudio de Buzz un estudio realizado por la consultora Booz & Company el 52% de los directivos consultados no piensa que la estrategia de su compañía pueda conducirles al éxito. “El 81% de los encuestados opina que las iniciativas de crecimiento que han desarrollado sus empresas han sido una pérdida de tiempo” ¿A quién le extraña? La complejidad del entorno hace difícil determinar la estrategia. Pero si la estrategia es demasiado compleja para los directivos ¿Cómo deben actuar las empresas?

James Surowiecki en su libro de  Wisdom of Crowds nos dice  “Cuanto más poder le des a un solo individuo frente a la complejidad y la incertidumbre, más probable será que tome malas decisiones. Como consecuencia, hoy en día hay muy buenas razones para que las empresas traten de pensar más allá de la jerarquía”. ¿Será la solución que muchas personas actúen de forma inteligente, que más personas tengan voz, que las pequeñas innovaciones ….?  Eso que se ha denominado “Inteligencia Colectiva”, probablemente, esta será una parte fundamental de la solución.

Para que haya innovación el rol de las personas dentro de las organizaciones está llamado a cambiar, pasará a tener más protagonismo, será más estratégico, el liderazgo estará más distribuido, las personas tendrán más libertad. Si se quiere traducir este concepto en términos empresariales: más autonomía, más empowerment, más capacidad de asumir riesgos,… más,.. más libertad. Y esto no se hará por una firme creencia humanista en las personas, se hará por qué será la forma más eficiente de innovar. Recordemos lo que aprendimos las empresas Sin Alma: sólo interesan los resultados empresariales. Sólo por ello darán más protagonismo a la voz de las personas.

La Cultura Innovadora: una nueva forma de comunicación

Se necesita una nueva Cultura empresarial, una Cultura más innovadora ¿Pero cómo conseguirla? Humberto Maturana defiende que la cultura es una red cerrada de conversaciones y que el cambio cultural ocurre cuando se produce un cambio de conversaciones en esa red.

Si, la Cultura es comunicación. La cultura depende de cómo se produce la comunicación y como se parametriza las “voces de las personas”. Por ello son tan importantes las herramientas 2.0. porque pueden facilitar, si se las deja, que las ideas y el conocimiento fluyan, que haya colaboración que haya más inteligencia colectiva de una forma más transparente, más transversal, de una forma diferente.. Por ello, encontrarás tantos escritos hablando de la comunicación 2.0. como el nuevo reto empresarial.

Las nuevas formas de comunicación, especialmente la comunicación 2.0.,  se están alineando con la nueva necesidad de las instituciones de cambiar, de innovar. Porque la innovación es cada vez más social. Y esta es la nueva prioridad de las empresas, y por tanto de sus profesionales, especialmente, de los directivos, que son los que crean, conservan el “status quo” y. si también, lo cambian. Pero ¿Estarán dispuestos a cambiar el “status quo”? ¿Estarán dispuestos a crear más diálogo transversal y transparente? ¿A tener más en cuenta la voz de las personas para que se produzca eso que denominamos inteligencia colectiva?

Antes llamábamos inconformistas a los que querían que las cosas se hicieran de la forma en que siempre se había hecho, si el cambio propuesto era profundo se les llamaba subversivos o revolucionarios. Pero en la nueva Era de la Innovación estos señores habrá que cambiarles el nombre. Sólo serán supervivientes en busca de resultados.

La revolución está en marcha y la mayoría de los profesionales y directivos ya han deducido que la defensa no la encontrarán mirando atrás ni en la dulce voz del pasado. Por ello la mayoría de los cambios se producirá por lo de siempre, para mantenerse en el poder o para seguir siendo profesionales, y esto hará que haya un nuevo tipo de empresas donde las personas serán “un poco” más personas, serán empresas “Con Alma”.

Tal vez con cierto escepticismo siempre he creído más en el poder de los que quieren sobrevivir que el de los revolucionarios. Ahora los profesionales y directivos tendrán que tomar el liderazgo del cambio, la mayoría  no por que quiera cambiar, quizás a la mayoría tampoco le importará demasiado si las empresas tienen alma, cambiarán  simplemente para sobrevivir. Porque el dilema es claro sobrevivir innovando o….

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