Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

domingo, agosto 26, 2012

Un buen líder es también un buen lector


La fuerza laboral se vuelve cada vez más joven; en ese contexto, un buen líder debe nutrirse con las mejores opiniones y tendencias del mercado para no quedarse atrás.
Las empresas tienen, cada vez más, empleados jóvenes. Son dos generaciones las que, de a poco, se están involucrando más en las empresas: la del milenio, que asciende posiciones, y la G, aquellos nacidos después de 1994. ¿Cómo pueden los jefes adaptarse a este contexto cambiante, en el que las tecnologías marcan la interacción laboral? Fácil: leyendo.
Un buen líder es también un buen lector. Leer y aprender de los pares dentro y fuera de la industria permite crecer como empleado, emprendedor, dueño y líder de tres maneras:
Ayudan a recordar lecciones aprendidas

Es importante volver sobre lecturas pasadas porque ayudan a recordar lecciones aprendidas. No es un mal hábito releer los títulos que más han impactado en la manera de pensar: tal vez encuentre cosas nuevas. Releer es importante porque ayuda a mantener frescos conceptos importantes.
Impone desafíos

Es Inclusive importante volver a los libros con los que se coincide solo en parte, para ver por qué siguen desafiando opiniones a priori. En todos los casos, releer impulsa a repensar desde un ángulo distinto.
Proveen una oportunidad para relacionarse

En miles de conversaciones, los libros ayudan como referencia o para relacionarse con las opiniones de otras personas. Es importante, entonces, aprovechar al máximo el material que se está leyendo: tome notas y compártalas con su equipo de trabajo (implemente una bandeja de “Material para leer”); si aparece el debate, estimúlelo y, en última instancia, si tiene una decisión operativa que tomar y necesita justificarla, nunca vendrá mal citar como referencia un buen libro.
Si se piensa a sí mismo como una persona que simplemente “no tiene tiempo para leer”, la primera pregunta que debería hacerse es por qué. Inmediatamente el segundo paso debería ser actuar: si no tiene tiempo, invéntelo, use los pequeños huecos al final del día para leer algún artículo o use el tiempo muerto en el transporte público para actualizarse. Si es un líder dentro de una organización, no puede no hacerlo.

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