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Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

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viernes, enero 04, 2013

Administración del Tiempo

¿Es igual el tiempo cronométrico, cuantitativo, medido por el reloj y la calidad del tiempo invertido, relacionado con nuestros objetivos, medido por la metáfora de la brújula?

¿Para qué ocuparnos de la administración de nuestro tiempo? Entre otros motivos para optimizar la formulación y concreción de nuestros objetivos personales y laborales; para analizar la manera en que planificamos nuestras actividades y la consistencia con la correspondiente programación de nuestro lugar de trabajo; para incorporar nuevas estrategias que permitan modificar la organización de nuestras tareas y para comprender los modelos conceptuales que permiten visualizar la manera en que se percibe, se programa y se describe el tiempo como variable imprescindible de nuestra vida.
¿El tiempo es sólo lo que marcan nuestros relojes? ¿Con qué variable de origen físico se relaciona ese ritmo que marca un artefacto creado por los humanos? ¿“Pasa” igual el tiempo cuando estamos aburridos que cuando estamos haciendo algo que despierta nuestro interés? ¿No hay un ritmo que nos fija nuestro cuerpo? Sin ir más lejos, el ciclo de sueño y vigilia y su relación con la luz natural, ¿no es un ejemplo de estos ritmos que impone nuestra naturaleza? ¿Usamos igual el tiempo los latinos que los asiáticos, o los habitantes de Europa del Este?

En primer lugar, administrar el tiempo no es sólo una cuestión de herramientas, sino que hacerlo efectivamente implica organizar o, en su caso, reorganizar nuestra mente. 

El segundo tema de importancia es la diferenciación entre el tiempo cronométrico, cuantitativo, medido por el reloj y la calidad del tiempo invertido, relacionado con nuestros objetivos, medido por la metáfora de la brújula. 

En tercer lugar, resulta de relevancia analizar las características fundamentales del tiempo como variable siempre presente en cualquier actividad humana. 

Por último, tener en cuenta que una parte sustantiva de mejorar nuestra administración temporal es tener un adecuado balance entre urgencia e Importancia.

No podemos administrar nuestro tiempo efectivamente si no conocemos y formulamos explícitamente nuestros objetivos principales, tanto personales como laborales. No es un tema menor ocuparnos de aquellos factores que funcionan como desperdiciadores temporales, tanto operativos como psicológicos, y que están relacionados con actitudes muy fuertemente arraigadas en nosotros, las que, por ser automáticas, nos resultan invisibles. Por ejemplo, las reuniones, las llamadas telefónicas, nuestros hábitos de uso de Internet y del correo electrónico, nuestra capacidad y facilidad para delegar, saber decir oportunamente NO, entre otros.

Administrar mejor nuestro tiempo es un aprendizaje, o mejor dicho un reaprendizaje mediante el cual deberemos desterrar hábitos muy fuertemente arraigados en nosotros. Cabe aclarar que pensamos en el aprendizaje como un proceso vinculado en forma íntima a la capacidad de actuar. Esa es la mirada de aprender que nos interesa. 

También debemos distinguir de qué modo podemos aprender, es decir si mejoramos nuestra capacidad de actuar, pero en el marco de la misma “mirada” de la realidad, bajo las mismas premisas que nos hacen ser poco efectivos, o hablamos de buscar nuevas acciones, cambiando radicalmente nuestra percepción de la realidad que queremos abordar. 

Finalmente, debemos hacer foco en los factores que obstaculizan el aprendizaje, tanto los relacionados con la nueva realidad a la que queremos ajustar nuestra acción, así como los relacionados con la ansiedad que el proceso en sí mismo nos genera.

Todo aprendizaje implica cambio, transformación, subvertir una realidad que nos insatisface transformándonos en ese proceso. Es esa maravillosa capacidad de ser protagonistas en la construcción de nuestra vida lo que nos hace esencialmente humanos.

Nota escrita por el Ing. Jorge Galatro, responsable del seminario “Administración del Tiempo”, integrante de la oferta académica del Programa de Liderazgo Ejecutivo para Directivos y Gerentes de Cámaras Empresarias

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