Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

domingo, noviembre 01, 2015

¿Sabes de qué forma tomas tus decisiones?

A lo largo del día tomamos miles de decisiones. Desde que al despertarnos escogemos los calcetines que nos vamos a poner, hasta que antes de acostarnos llegamos a la conclusión que al día siguiente tendremos que convocar una reunión para discutir de un proyecto. 

Nuestro día a día consiste básicamente en decidir lo que haremos, lo que no haremos y cómo lo haremos. Y cada uno tiene su propio estilo. Hay personas que de dejan guiar por su instinto y otras que no pueden decidir nada si alguien no se lo dice antes. Hay personas racionales y analíticas y otras que esperan una señal antes de lanzarse a tomar una decisión que puede cambiar su vida.

Precisamente es esto lo que queremos explorar en este artículo. Cómo decidimos y cuánto ponemos de cada uno de nosotros mismos en las decisiones que tomamos. Especialmente cuando nuestras decisiones influyen sobre el trabajo de otras personas, es importante tener en cuenta por qué y de qué forma decidimos. Así a rasgos muy generales, como explican en Entrepreneur, podríamos distinguir estos siete tipo de personas o planteamientos a la hora de tomar una decisión de cierta importancia.

Democráticos: toma de decisiones en grupo

Las decisiones grupales son aquellas en las que el líder, tras haber escuchado las opiniones de todas las partes implicadas y teniendo en cuenta todos los puntos de vista, se decanta por la opción que parece más popular.

Casi todas las decisiones importantes se someten a brainstorming y votación. Las ventajas de esta forma de actuar son que ayudan a crear un clima más “democrático” dentro de la organización. Por contra, se corre el riesgo de caer en la inacción. De la misma forma el líder, que es el que en teoría debe marcar el camino a seguir, puede quedar relegado a un segundo plano.

Analíticos: datos y más datos

Personas que toman los datos, cuanto más analíticos y estructurados mejor, como base de sus decisiones. En un momento en el que el Big Data parece explicar el comportamiento de nuestros clientes, por qué vendemos o por qué no lo hacemos, si deberíamos ampliar o reducir plantilla, en qué ciudades nuestra estrategia de marketing está funcionando mejor, etc. el uso de los datos como fuente de toma de decisiones, tiene cada vez más defensores.

Sin embargo los datos fríos sobre el papel, todavía no pueden explicar muchos factores clave que tenemos que tener en cuenta a la hora de tomar una decisión: cómo influyen las emociones, la psicología de una persona o grupo de trabajo, los condicionantes que pueden afectar a una métrica a largo plazo, tensiones políticas o económicas, etc.

Animales: puro instinto

Decisiones rápidas, que literalmente “nacen en las tripas” del que las toma. Son personas a las que no les importa asumir riesgos y que se mueven con paso firme por la vida, confiados de que nunca les va a abandonar su buena suerte. La mayoría de las decisiones tienen un fuerte contenido emocional. Y si bien pueden llevar al mayor de los aciertos, también pueden traducirse en estrepitosos fracasos.

Racionales: pros y contras

Las personas “racionales” se sitúan en el otro extremo de la ecuación. Tienden a considerar cada decisión de forma analítica, teniendo en cuenta para ello los “pros” y los “contras” de cada una de las posibles alternativas. Dejan fuera del proceso de decisión el factor emocional y o bien no tienen un “instinto” como tal, o no se fían del suyo.

Son personas metódicas, lo cual aporta seguridad al grupo, pero a la vez,  son personas de las que cabe esperar pocas sorpresas o ideas tremendamente innovadoras.

Mesiánicos: inspirados por el yo interior

Personas que encuentran en el retiro espiritual, la meditación y algunas forma de contemplación la mejor forma de llegar a una decisión. Suelen ser personas religiosas (aunque no siempre) y la base de sus decisiones no nace tanto de sus creencias espirituales como de la “paz interior” que encuentran cuando tienen un momento para “alejarse del mundo” y pensar con claridad.

Algunas de estas personas pueden ser tremendamente carismáticas (Steve Jobs, por ejemplo), pero la línea entre el líder visionario y el loco extravagante, en ocasiones es demasiado fina.

Impulsivos: un mundo sin frenos

Toman decisiones basadas en su instinto, pero sobre todo, dejándose arrastrar por un impulso del que creen que puede nacer una gran historia. No se paran a evaluar las posibles consecuencias de cada decisión, sino que se lanzan de cabeza hacia cualquier piscina que prometa emoción, sorpresas y un posible final feliz.

Se arriesgan en la vida y muchas veces con muy buenos resultados pero necesariamente necesitan un alter ego que les ayude a tomar otro tipo de decisiones de una forma más analítica y racional.

Pasivos: indecisos hasta el infinito y más allá

Pueden aceptar cualquier decisión siempre que no sean ellos los responsables de tomarla. Evitan el conflicto siempre que sea posible y prefieren ocupar un segundo plano en cualquier grupo. Tomar decisiones se convierte para ellos en una fuente de estrés y ansiedad que desean evitar a toda costa.

Casi todos nosotros somos en realidad una mezcla de estos siete rasgos, acentuándose dos o tres en primer plano. Una persona impulsiva a menudo también es instintiva y en ocasiones mesiánica. Una persona racional, suele tender a ser mucho más analítica.

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